
El método fraudulento de la empresa ha sido usado por otras compañías para interferir en elecciones de varios países. Gracias a los datos obtenidos irregularmente, especialmente de perfiles de Facebook, en el 2016 técnicos de Cambridge Analytica identificaban a los votantes indecisos y los bombardeaban con propaganda específica direccionada. Así Donald Trump inclinó las elecciones presidenciales a su favor, y también algunos promotores del Brexit contrataron a la empresa para ganar el referéndum que sacó a Gran Bretaña de la Comunidad Europea.
Redacción Código Vidrio
Cambridge Analytica sentó un precedente funesto. La empresa radicada en Estados Unidos y Gran Bretaña es criticada duramente por utilizar de manera fraudulenta millones de datos privados de usuarios de Facebook para influir en las elecciones, a escala mundial.
Su fórmula de trabajo era sencilla. Gracias a los datos obtenidos irregularmente, especialmente de perfiles de Facebook, identificaban a los votantes indecisos y los bombardeaban con propaganda específica direccionada. Así Donald Trump inclinó las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016 a su favor, y el ala populista de Reino Unido ganó el referéndum para salir de la Comunidad Europea.
En América Latina la empresa también dejó su huella, aunque de manera menos visible. Promocionó sus ventajas en México al candidato presidencial por el PRI, José Antonio Meade, quien llegaba auspiciado por el entonces presidente Enrique Peña Nieto.
Este portal accedió al documento donde Cambridge Analytica presentó cómo será su sistema de trabajo para subir los votos al PRI y atacar a Manuel López Obrador, quien era de la oposición y el principal contendor a vencer.
Esta estrategia incluía un análisis de las debilidades del PRI, manual de cómo bombardear con Fake News, aprovechando los datos de los usuarios de las redes sociales.
Para Cambridge Analytica una campaña debe estar basada en datos. “No instintos o conjeturas”. Para eso se requiere una infraestructura de datos con información detallada sobre toda la población votante que logre impulsar el comportamiento con “narrativas, motivaciones, valores e identidades subyacentes”.
El propósito es modelar, segmentar y microorientar la población o “votantes flotantes” en las redes e Internet móvil.
En su presentación ofrece un aumento mínimo del 5 por ciento en la persuasión y participación de los votantes, cómo lo harán con propaganda específica y con el uso de noticias falsas.
Y como un ejemplo exitoso presentó la campaña contra la demócrata Hilary Clinton, que perdió la contienda del 2016. Que logró entre otros números 21 millones de vistas; 1,4 millones de cliks y 25 millones de vistas en sus videos.
Enrique Rodríguez, experto en marketing digital, asegura que las Fake News son más potentes en época electoral. “El mejor escenario para las Fake News es cuando la gente no empatiza con los candidatos, cuando ves una encuesta sobre el 30 por ciento de indecisos, que es el escenario ideal para las Fake News”.
Este sistema desarrollado en su máxima expresión por Cambridge Analytica se ha ido regando por el mundo. Rodríguez contó que equipos rusos especialistas en datos trabajaron a su lado en las elecciones de Brasil del 2018 y Bolivia un año después.
En ese entonces, los rusos se encargaban de analizar los datos de las redes mientras otros equipos argentinos preparaban los productos comunicaciones y Rodríguez se encargaba de dispararlos en las redes sociales, con ayuda de robots, de trolls o de influencers.
¿Los rusos hacían un trabajo similar al de Cambridge Analytica?. Sí, respondió Rodríguez.
Ecuador no está fuera de esta tendencia. El portal Periodismo de Investigación denunció que políticos ecuatorianos negociaron un software llamado Aurora, muy parecido a lo que hace Cambridge Analytica.
Los protagonistas de este reportaje son el estadounidense Paul Ceglia, quien hace pocos meses afrontaba un pedido de extradición desde Estados Unidos por un juicio en su contra impulsado por el todopoderoso de Facebook, Mark Zuckerberg, quien lo acusaba de estafa. Mientras que Ceglia aseguraba que era una de los creados de la red social más potente del planeta.
El segundo es Patricio Pachecho, ex funcionario de la Secretaria Nacional de Comunicación en el régimen de Rafael Correa, especializado en comunicación política.
Supuestamente ambos negociaron este programa informático con Fernando Alvarado, líder de la comunicación del correísmo. Pero simultáneamente el actual gobierno ya lo tenía en su poder y también el candidato a la presidencia por CREO, Guillermo Lasso.
Pacheco contestó públicamente el reportaje y sostuvo que no hubo ninguna negociación y peor que lo hicieron con activos del Gobierno. Él enfatizó que el programa informático que promocionan es “producto territorial” y no el software “Aurora”, mencionado en el reportaje.
La campaña ya estalló en redes
Guillermo Lasso está en todas las plataformas: en Facebook, Twitter, Youtube, páginas web o cualquier red que le sirva a promocionar su tercera candidatura a la Presidencia de la República. Cuánto habrá gastado hasta el momento no se conoce, solo Facebook hace público los gastos de la promoción de los políticos.
Este es un nuevo sistema de la red social que se inició en agosto pasado, como un compromiso con la transparencia, para evitar que promociones de tipo político y electoral para confundir a los usuarios de la red social, como lo sucedido con Cambridge Analytica.
El candidato Guillermo Lasso ha gastado 132.422 dólares en esta red social. En segundo lugar está el postulante del movimiento Construye, antes Ruptura de los 25, Juan Fernando Velasco. Él ha pagado 31.222 dólares para promocionarse en Facebook.
Muy lejos se encuentran el resto de postulantes: Xavier Hervas de la Izquierda Democrática con 3.352 dólares; Guillermo Celi, de Suma, con 2.758; Gustavo Larra de Democracia Sí, con 1.650, e Isidro Romero de Avanza, con 1.500.
En los últimos lugares están Andrés Arauz, de la Revolución Ciudadana, con 880 dólares, bajo la página Somos EC: mientras que el representante de Pachakutik, Yaku Pérez, tiene 300 dólares repartidos en tres páginas que impulsan su candidatura.
Sin embargo, la presencia de Arauz y Pérez en Facebook es comparable a la de Guillermo Lasso. Los tres son los principales aspirantes a reemplazar a Lenin Moreno en el Palacio de Carondelet.
Para el analista político y experto en Markenting Digital, Oswaldo Moreno, la supremacía de las redes sociales en las campañas electorales está por definirse en sociedades como la ecuatoriana, que es muy diferente a los votantes de Estados Unidos y Gran Bretaña. Incluso con los cambios que significa la presencia de la pandemia del Covid-19.
Su reflexión se sustenta en los números de credibilidad de las redes en el país. En Pichincha y Guayas, que son las provincias con más influencia de las redes, entre el 60 al 70 por ciento, apenas un seis a ocho por ciento de las personas cree lo que ve en ellas.
Además, explica que en otros sectores del país, especialmente en el área rural, la cobertura de Internet es pésima. Eso se evidenció durante la pandemia. En la Costa 2 millones de alumnos no pudieron estudiar por problemas de conectividad, la ausencia del aparato celular o por contar con uno solo por familia.
“Esto no significa de debemos prescindir de las redes, sino establecer que es un canal más de comunicación para decir el mensaje que queremos”.
Para la periodista y analista política Saudia Levoyer, las redes serán importantes en el escenario del Covid que no permite las aglomeraciones y porque es una herramienta que en la política está muy usada.
“Los riegos del uso de las redes sociales lo sabemos. Hay varios casos registrados en el mundo que hablan de una manipulación y sobre el efecto en la desinformación”.
Para ella es importante que en la campaña todos los contendientes jueguen limpio. “Es decir, debe existir un compromiso ético de que no va existir manipulación y eso es una responsabilidad de los partidos que están participando este momento”.
Levoyer reconoció que es muy complicado controlar las redes sociales para prevenir los ataques de desinformación, incluso no lo podrá hacer el organismo responsable como el Consejo Nacional Electoral (CNE). Ella cree que la estrategia de desinformación es planificada, seremos muy inocentes si creemos que es espontánea.
Por eso, apuesta por sistemas de alertas desde la sociedad, como los Fast Cheking, (chequeo rápido) de la información que se difunde. En el país hay varios ejemplos. Uno es Ecuador Chequea, que se unió al equipo de verificadores de Facebook justamente para las elecciones del 2021.
“Toda la gente que está en comunicación debe tomar conciencia que esto no ocurra, porque si queremos mejorar y fortalecer la calidad democrática vamos a tener que luchar contra la desinformación”.