Colombia, Perú y Ecuador apuntan a un acuerdo de política común de seguridad

El ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, está en el cargo desde mayo del 2018. Reemplazó a Patricio Zambrano que dimitió tras el manejo errático de la crisis de inseguridad desatada por la arremetida del frente Oliver Sinisterra, en Esmeraldas.

El ministro de defensa, Oswaldo Jarrín, busca apuntalar una estrategia regional de seguridad y defensa. Desde el año pasado, a pocos meses de asumir el cargo, se reunió con los ministros de Colombia y Perú para establecer un acuerdo inédito que busca enfrentar amenazas comunes, como el crimen transnacional. Ese tratado es discutido por una comisión que en mayo entregará un primer borrador que deberá ser discutido y consensuado por los funcionarios de los tres países, para luego ser puesto en consideración de los presidentes.

Por Arturo Torres

¿En qué ha cambiado la situación de las políticas de defensa el último año, tras su llegada al Ministerio?
Ahora tenemos claramente definida una política de defensa nacional, especialmente con la publicación del Libro Blanco, que durante diez años no ha tenido el Ecuador. El último texto se publicó el 2006, cuando fui ministro.

¿Por qué es importante una política de defensa?
Así se pueden estructurar planes de seguridad, una estrategia nacional de defensa y seguridad, seguidos de los planes que es la siguiente etapa. Otra fase es la cooperación internacional, que hemos estrechado de forma permanente con Estados Unidos, China, Inglaterra y España, fundamentalmente. China entregará cinco lanchas guardacostas como donación este año. Rusia también es clave para el mantenimiento de la cooperación. A partir del Libro Blanco, para que funcione la planificación estratégica militar, se emitió una directiva militar, que fue entregada al Comando Conjunto de las FF.AA. Luego se debe dar cumplimiento a los planes estratégicos militares, el plan de frontera, marítimo, institucional…

Usted también había propuesto el año pasado, en la cumbre de ministros de Defensa en México, la necesidad de aplicar estrategia colectiva conjunta internacional para enfrentar nuevas amenazas, como narcotráfico, disidencias y crimen organizado. ¿Cómo está caminando ese proyecto?
Así es, y en ese sentido hemos estado trabajando para afinar la cooperación internacional con distintos convenios.

¿Al parecer, ya han tenido conversaciones con Colombia y Perú?
Sí, ha habido varias reuniones y teleconferencias en los tres países. A este proyecto que estamos elaborando y discutiendo se lo denomina Política Común de Seguridad. Precisamente, surgió el año pasado cuando estuve en México, en la Conferencia de Ministros de Defensa. Tuve una reunión binacional con los representantes de Colombia y Perú. Entonces le pedí al ministro Guillermo Botero que diseñemos una política común y estuvo de acuerdo, luego hablé con el ministro Huerta de Perú, quien también estuvo en sintonía. Se pidió nombrar un coordinador, que es el viceministro de Defensa de Colombia y delegados de Perú y Ecuador. Ellos son parte de una comisión, que sigue un cronograma y está encargada de analizar amenazas comunes, las condiciones de cooperación y otros detalles. De esa tarea saldrá un primer documento. Se trata de un texto inédito que se está procesando. Y se concretará en un borrador de convenio de Política Común de Seguridad, que tenemos que analizarlo los tres ministros en mayo próximo.

¿Imagino que harán observaciones y sugerencias para llegar a acuerdos y poder armonizar criterios?
Así es, lo revisaremos detenidamente y luego de un consenso lo presentaremos para la firma de los presidentes de los tres países.

¿Y para cuándo está previsto que sea aprobado ese convenio por los tres presidentes?
Esperamos que se concrete para junio.

¿En el contexto de la cooperación internacional, desde el año pasado cuánto se han estrechado las relaciones con EE.UU.?
Muchísimo, tuve dos visitas a Miami, cuando hubo el cambio del jefe del Comando Sur, y también he ido dos veces más a Washington. La cooperación con el avión estadounidense P3 es fundamental para el control del narcotráfico en el mar; hemos pedido un estudio estratégico de análisis y de inteligencia estratégico militar. Hay que tener en cuenta que el principal corredor de droga está por el sur de Colombia y norte de Ecuador, sale desde Tumaco y se abre hacia el mar territorial, va a Galápagos y de ahí hacia Centroamérica. Por eso hemos pedido un apoyo con tecnología más avanzado de EE.UU., necesitamos medios de control marítimos.

¿Cómo ha tratado de recomponer usted los graves daños que se causaron a FF.AA. la última década, con el anterior gobierno?
En el tiempo que estoy como Ministro los temas más graves están solucionados. He anulado acuerdos ministeriales, he sacado nuevas directivas, por ejemplo había un mando unificado que se terminó, y se llama Comando Conjunto. Retomamos estrictamente la doctrina militar. Otro aspecto importante es la reinstitucionalización de las FF.AA. Y hay otros cambios, por ejemplo había un convenio con aduanas pero se eliminó, puesto que FF.AA. no pueden apoyar ni dedicarse al tema aduanero, esa no es su misión. Hubo una terminación unilateral, lo que no significa que no apoyemos, de manera excepcional y con intercambio de información. Por ejemplo, todo lo que es tráfico de precursores químicos en la frontera, FF.AA. se hace responsable del control de cemento, cal, gasolina blanca, esa es nuestra responsabilidad.

¿Y en relación a la frontera norte?
Cambiamos todo lo que es la política, que no existía; estábamos con un estado de excepción en la frontera norte desde enero del 2018, pero ahora tenemos una política de seguridad y defensa para la frontera norte. Un libro blanco pero solo para frontera; en base a eso reestructuramos las funciones de los militares en el límite fronterizo, se conformó fuerza de tarea conjunta. Ahora tenemos meses de tranquilidad y calma. Actualmente sí podemos ocuparnos del resto del país.

Pero la situación de los disidentes en la frontera sigue siendo conflictiva y volátil.
Estos grupos tienen tres características: son híbridos, mutantes y difusos. Híbridos porque al mismo tiempo que están con las FARC son disidentes, se pasan a ser seguridad del narco o son mercenarios, se mueven según sus intereses. Guacho dijo que era parte de las FARC, que no era disidente, hay una indefinición. En Colombia hay 17 grupos de este tipo. Para Ecuador la disposición que se ha dado en Defensa, es que no nos interesan los orígenes ni a dónde pertenecen, todos son considerados ilegales armados, no estanos interesados en saber sus redes y contactos ni con qué carteles trabajan y se mueven. Aquí hay presencia esporádica armada de esos grupos, no están de forma permanente.

¿No son permanentes?
No hay permanencia. En segundo lugar nuestra preocupación es el territorio, la población y las actividades delictivas que cometan.


En septiembre pasado, el ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, propuso en la cumbre de
ministros en México, fortalecer la cooperación regional para enfrentar las amenazas

¿Entonces, están preparadas las FF.AA. para una arremetida de las fuerzas disidentes hacia Ecuador?
Acá hubo una reestructuración de todas las fuerzas de manera permanente y estamos listos para cualquier embate de ese tipo.

En Colombia ya se evalúa la posibilidad de retomar las fumigaciones aéreas, puesto que la erradicación manual de los sembradíos de hoja de coca tiene problemas y avanza muy poco en departamentos fronterizos de Colombia. ¿Ustedes están preparados para lo que se puede venir?
No estamos seguros de que eso ocurra, creo que no va a comenzar, no tienen resultados y los drones son un fracaso.

Pero se conoce que en los próximos meses empezaría la aspersión aérea.
Están estudiando con nuevas avionetas, pero no es inminente. Se descartó experimentación con drones, pero nuestra sugerencia es que sigan con erradicación manual, que no haya afectación a los campesinos.

¿Qué le parece lo que está ocurriendo con la minería ilegal y el crimen organizado en Buenos Aires, en Imbabura?
Sí, es muy grave, pero está en el campo de la seguridad pública, nosotros ahí no entramos sino la Policía; pero, claro, no podemos dejar de apoyar, si así se requiere.

Pero también hay información de que hay disidentes de las FARC en esa zona.
Puede haber miembros disidentes, pero no de forma permanente.

Una debilidad que aún se mantiene es la operatividad y eficacia del Centro de Inteligencia Estratégica (CIES), que reemplazó a la Senaín, de triste recordación porque politizó la inteligencia.
Así es, y por eso fue eliminada, hubo una reestructuración. Ahora el CIES provee de información a todos los ministerios y tiene vinculación con FF.AA., a través del Comando Conjunto que tiene una comunidad de inteligencia que provee información estratégica. También hay una nueva ley que se está elaborando, como parte de seis proyectos que hemos presentado.

¿Y el perfil del funcionario que la dirige, cuál debe ser?
Lo ideal es que sea un experto en Inteligencia.