El gobierno de Lenin Moreno está atado a los contratos firmados con China para construir el ECU-911 y el manejo de su tecnología, a pesar de que los equipos no brindan garantías de seguridad y son fácilmente vulnerados. Esto dificulta la migración tecnológica que asegure la información sensible del país y se continúa otorgando esta información a China. Esto, en el ámbito de la inteligencia, vulnera la soberanía del país, según un análisis de Horus Strategic, especializada en inteligencia prospectiva.
Escenario 1
ECUADOR tiene poca capacidad de acción frente a dependencia china
La situación económica del país y la falta de recursos para cubrir gastos operativos del Sistema Integrado de Seguridad (SIS) ECU 911, hacen que se reduzca su eficiencia y operatividad, que no se innoven los equipos y que vaya decayendo la calidad del servicio.
La disposición del gobierno anterior para adquirir tecnología China, dados los compromisos adquiridos, así como la austeridad propuesta por el gobierno actual, que se traduce en una reducción del presupuesto del ECU 911, limita la capacidad de gestión ejecutiva.
Así, esta administración de Lenin Moreno está atada a los contratos anteriores, a pesar de que los equipos no brindan garantías de seguridad y son fácilmente vulnerados, tal como lo han comprobado gobiernos de otros países, donde ya se ha prohibido el uso de tecnología china.
Por lo tanto, se dificulta la migración tecnológica que asegure la información sensible del país y se continúa otorgando esta información a China. Esto, en el ámbito de la inteligencia, vulnera la soberanía del Ecuador y, en el ámbito financiero y comercial, pone al país en desventaja al momento de negociar. De esta manera, y sin saberlo, Ecuador está contribuyendo al futuro control mundial que podría ser parte de la estrategia oculta en el Plan “Made in China 2025”.
Escenario 2
Uso indebido de sistemas alternos
El gobierno anterior, con el fin de controlar y perseguir a sus opositores, al parecer generó sistemas alternos de vigilancia a través de algunas instituciones gubernamentales, que nunca estuvieron integrados al ECU 911.
Los cambios en la gestión pública, la alta rotación de personal, con una fuga de conocimiento, la falta de control del uso de estos equipos, y la ausencia de inventarios y localización de los mismos, promueven la continuidad de la utilización inadecuada de estos sistemas de vigilancia.
El espionaje continúa, se siguen aprovechando estos recursos, por medios clandestinos, con fines políticos para beneficio del propio gobierno; del anterior para desestabilizar al actual; e, incluso, para beneficio particular de ex colaboradores.
Todo esto, sumado a la ausencia de una política de ciberseguridad y la falta de una entidad con competencia de riesgos cibernéticos, llevan a pensar que China es un aliado en el uso clandestino de la tecnología, beneficiándose con la obtención de información privilegiada.
Escenario 3
El fortalecimiento de la corresponsabilidad
de seguridad ciudadana con los GADS
El nuevo Plan Nacional de Seguridad Ciudadana con un enfoque estratégico de política de seguridad preventiva, así como la política de reducción de gastos por la limitación de recursos económicos, hacen que los GAD asuman la competencia de la seguridad ciudadana y recuperen la capacidad de gestionarla en su territorio.
Las grandes ciudades del país, con alianzas público privadas, generan sus propios sistemas de vigilancia; a nivel local, en estas ciudades se muestra una mayor eficiencia en la capacidad de respuesta a demandas ciudadanas y los índices de inseguridad bajan, mientras que a nivel nacional se debilita el sistema y se desarticulan las acciones de los organismos que lo integran.
Así se elimina el uso del sistema de vigilancia con fines de persecución política y el control de masas, se diversifican los proveedores de tecnología y se reduce la dependencia con China.