El teletrabajo obligó a la mayoría de las personas a adaptarse a las nuevas modalidades tecnológicas. De la misma manera lo hicieron ecuatorianos con discapacidad intelectual (DI), adecuando sus actividades laborales en casa como la rutina diaria o hacer archivo, grapar, perforar, etc. Diana Cabascango, estudiante periodismo de la USFQ, recoge sus testimonios.