ENTREVISTA. La severa crisis que golpea al Ecuador por el coronavirus destapó las estrategias y campañas de distintos actores en redes sociales. La pandemia es un laboratorio preelectoral donde se desarrolla una guerra entre posibles candidatos y sus alfiles. Dos jugadores son protagónicos: el correísmo y el gobierno. Para entender lo que está ocurriendo conversamos con Héctor Daniel Galarza, consultor y estratega de tecnopolítica, con 15 años de experiencia en marketing y comunicación política.
Redacción Código Vidrio
¿Qué ocurre en las redes sociales, hay una guerra sucia con miras a posicionar o desprestigiar a ciertos políticos y funcionarios públicos, en un escenario preelectoral en Ecuador?
Hay gente que necesita hacer dos cosas. Primero dañar la imagen de candidatos y figuras públicas claves; en este caso de Cynthia Viteri, alcaldesa del Partido Social Cristiano, con lo cual afectan a Jaime Nebot, potencial candidato presidencial. Y otros ataques sistemáticos son protagonizados por trolls del correísmo para debilitar al vicepresidente Otto Sonnenholzner y, así, terminar de agrietar la imagen del Presidente y su gobierno. En ese contexto, también es evidente que han contratado empresas para mejorar la imagen del Presidente.
¿Cómo ve usted el papel que el gobierno juega en redes?
El gobierno está tratando de contener un tsunami de ataques que es incontenible. En esta guerra hay varios grupos: uno es el correísmo, otros, que son más estratégicos y no son tan evidentes, y algunas autoridades de entidades gubernamentales, que siguen consejos consultores políticos, quienes contratan trollcenters para cambiar la percepción negativa o contrarrestar las arremetidas.
¿Y cómo operan?
Acuden a ministerios y dependencias públicas donde se promocionan diciéndoles que están atacando en redes a la cabeza de la institución, pero realmente en varios casos ellos mismos son los que generan esas arremetidas. Entonces simulan una necesidad y ofrecen defender a la autoridad con sus activistas digitales, a través del contrato de una campaña de comunicación. Nunca se deja sentado por escrito que se contrata un troll center. Luego, si se concreta la contratación, inmediatamente cesan los ataques.
¿Actualmente ocurre esta práctica en alguna entidad pública?
Así es. Varios están contratados en el sector público. Hubo alguien desde la época de Richard Espinosa, en el anterior gobierno, que ha manejado el Ministerio de Salud y el IESS, en el campo de la comunicación. Ahí contrataron una empresa para que se encargara del manejo de redes. Precisamente generaron la necesidad, es una estrategia muy bien pensada.
Hay medios de izquierda o iniciativas que se promocionan como ciudadanas. Tienen una agenda política oculta. En esa línea de desinformación hay medios o páginas como Ruta Kritika y el Observatorio de la Dolarización, generadores de contenidos del correísmo.
¿En la antesala de las elecciones cómo está la disputa en redes?
Hay varios jugadores. Nadie le está tocando a Guillermo Lasso porque se estima que tiene un techo y, al parecer, no crecerá más. A mi criterio el jugador más importante es el Vicepresidente, aunque ya anunció que no será candidato, por lo cual los ataques cesaron. Otro protagonista es el alcalde de Quito, Jorge Yunda. Las agresiones, las últimas semanas, fueron dirigidas hacia Otto y Viteri, que les dio material por sus errores. Es un juego de estrategias, con una guerra sucia de por medio. En este contexto hay medios de izquierda o iniciativas que se promocionan como ciudadanas. Tienen una agenda política oculta. En esa línea de desinformación hay medios y páginas como Ruta Kritika y el Observatorio de la Dolarización, generadores de contenidos del correísmo.
Pero hay forma, evidentemente, de saber cómo operan y se alinean en campañas de desinformación o desprestigio, porque el rastro queda en las redes.
Twitter tiene un algoritmo para identificar quiénes están relacionados, cómo se organizan las campañas de desinformación. Por ejemplo, le doy follow a La Colmena, y entre los usuarios que me sugiere para seguir aparecen Wambra Radio y Ruta Kritika, que son medios y cuentas de viralización. El último medio tiene actores importantes como Guillaume Long, Jacques Ramírez, Pabel Muñoz o Carol Murillo, que tienen muchos seguidores y generan información supuestamente seria. Sus contenidos son viralizados por gente que también valida mensajes falsos o sesgados. Por otro lado, hay medios o revistas en Facebook, como Mira La Plena, que no tienen un responsable que responda por su contenido, que incluye noticias falsas. Estos sitios no buscan los hechos ni la verdad sino afinidad emocional o política. Sobre la marcha, desde estas cuentas, se construyen noticias falsas que buscan desprestigiar a alguien, generan indignación entre sus seguidores. Mira la Plena difundió un audio trucado, teatralizado sobre el Vicepresidente, que supuestamente se confabulaba con otros funcionarios para un golpe de Estado. En Facebook eso tuvo 2.000 reacciones y 1.200 comentarios.
Pero la gente no repara en si una noticia es falsa o verdadera, solo replica, y este comportamiento tan humano no va a parar, la desinformación tampoco.
Así es. No va a parar.
Si una cuenta o una persona difunde una denuncia falsa, una difamación o fake news, Twitter no puede hacer nada porque proviene de una cuenta verificada, con muchos retuits, no la va a bajar. Es una pelea perdida.
¿Por qué no hay una respuesta más orgánica de la empresa Twitter, que recibe denuncias de ataques o desinformación de cuentas falsas manejadas por trolls?
Twitter es una plataforma mundial, con 1.000 millones de cuentas, tienen procesos en un 90% automatizados, casi no hay gente atrás. Si una cuenta o una persona difunde una denuncia falsa, una difamación o fake news, Twitter no puede hacer nada porque proviene de una cuenta verificada, con muchos retuits, no la va a bajar. Es una pelea perdida.
¿Por qué el correísmo tiene tanto peso en redes?
Porque funciona con células y grupos que hacen el trabajo sucio, pidiendo, por ejemplo, a sus seguidores que denuncien una cuenta para que la cierren. Pueden generar hasta 1.500 denuncias en un día, bajo la categoría «acoso». Durante el gobierno de Correa registraban en Ares Group todo el contenido que tenían como copy right. Cuando uno subía una foto para denunciar algo, era también denunciado por violación de copy right, y te daban de baja la cuenta. Así censuraban fácilmente los contenidos.
¿Ellos se han posicionado hace muchos años en redes, es difícil contrarrestar eso?
Totalmente, la única forma es crear una unidad para identificar estas maquinarias de fake news y denunciar penalmente a quienes generan desinformación.
Pero también se ha denunciado que el gobierno de Moreno tiene troll centers.
Así es, operan en algunas entidades. Para contratar estos servicios en el portal de compras públicas se camuflan productos de troll center como contratos de comunicación o relaciones públicas digitales, incluye está implícito el apoyo al director o ministro en redes.
No sé quien es el oficioso que les ha dicho a autoridades del gobierno que tener un troll center es positivo. Solo basta ver los seguidores y respuestas en redes de algunos funcionarios, varias cuentas fueron creadas en abril o en febrero para beneficiarlos con comentario
¿No se puede probar porque está bajo paraguas de comunicación?
Así es, pero cuándo ves la actividad en redes sabes que hay un servicio adicional.
¿Y usted ha podido identificar que eso ha ocurrido en el IESS y el Ministerio de Salud?
Claro. No sé quien es el oficioso que les ha dicho a autoridades del gobierno que tener un troll center es positivo. Solo basta ver los seguidores y respuestas en redes de algunos funcionarios, muchas cuentas fueron creadas en abril o en febrero para beneficiarlos con comentarios, no sé si esto lo conocen las cabezas. O solo lo hace una empresa contratada por pedido de funcionarios de comunicación, con usuarios reales o activistas. Eso también ocurre en la Presidencia.
¿En el caso del Consejo Nacional Electoral, qué pasa?
Hay estructura interna de socialización, ocurrió lo mismo en Ministerio de Trabajo. En el CNE hay algunos vocales que obligan a los empleados a tener cuentas en redes y publicar apoyos. Se pide que los funcionarios retuiteen todos los mensajes, mientras otra autoridad controla que lo hagan sino les imponen sanciones.
¿Cómo se puede identificar que algún personaje público tiene seguidores falsos?
Hay herramientas donde se pone el perfil del personaje y se puede conocer con exactitud su actividad, perfil de los seguidores y se puede detectar si son falsos o reales. Arroja porcentajes.
¿Qué pasa con cuentas de influencers y la difusión de fake news?
Hay muchas cuentas cluster, que tienen miles de seguidores en volumen, que comparten y dimensionan las noticias y fake news. Un caso sonado fue lo que pasó con el trabajo del Instituto de Tecnología de Masachusets (MIT), para verificar cómo se realizó el conteo de votos en las elecciones presidenciales de Bolivia. Se prestaron dos periodistas estadounidenses, que elaboraron un reportaje lleno de falsedades, pero como están en el blog del New York Times su artículo tenía credibilidad. En realidad se descubrió que era un publirreportaje coordinado con Guillaume Long, quien luego lo viralizó en sus redes. Se tergiversó el estudio de MIT. Los medios RT (del gobierno ruso), Nodal, Página 12, Estrella de Galicia, replicaron la noticia que luego fue recogida por otros medios, que la reprodujeron sin mayor contrastación ni verificación; así se produce una cascada de viralización de información falsa o sesgada. Algo similar ocurrió cuando en las redes se difundieron videos trucados sobre la supuesta quema de cadáveres en las calles de Guayaquil. La noticia luego se publicó en medios internacionales como Telesur y se proyectó al mundo la imagen de una ciudad devastada. Así operan esos medios ancla y sus influenciadores: comparten información supuestamente verdadera y escandalosa, así prenden la chispa y esperan que todo arda.
Pero también hubo un problema grave en Guayaquil que no se puede desconocer. Descoordinaciones entre las autoridades a todo nivel, errores graves, respuestas lentas, un sistema de salud desbordado…
Totalmente. El sistema colapsó y el gobierno reaccionó muy tarde en el tema de los muertos y la atención, especialmente entre marzo y abril. El correísmo se ganó la lotería, para atacarlo por todas sus equivocaciones. Grupos cercanos al presidente Moreno también se desentendieron.