Los resultados del estado de excepción en Guayas, Esmeraldas y Santo Domingo de los Tsáchilas son alentadores y evidencian una reducción y contención de los crímenes violentos. Esa es la evaluación de las principales autoridades del Gobierno a cargo de estas operaciones, al concluir la medida, ayer 15 de diciembre.
Redacción Código Vidrio
En la evaluación realizada ayer 15 de diciembre en el ECU-911 en Guayaquil estuvieron presentes el ministro de Defensa, Luis Lara, el ministro del Interior, Juan Zapata, el Inspector de la Policía, general Mauro Vargas, el comandante del Ejército, general Franklin Acosta, entre otros.
“Esta intervención no eliminó la violencia, pues nos enfrentamos a un enemigo poderoso, fuertemente armado, a una mafia que debido a políticas erradas de protección al delito y a los delincuentes, está desesperada por mantener su dominio en determinados sectores de las ciudades y de los centros de reclusión”, reconoció Lara, quien destacó que sin embargo sí se cumplió el objetivo de reducir la violencia.
Su apreciación coincide con datos difundidos por el ministro del Interior, Juan Zapata, y del Inspector de la Policía, general Mauro Vargas.
Hasta el martes se registró una reducción de 28 muertes violentas a nivel nacional, lo cual implica que se logró una contención y una consecuente reducción de esos delitos, recalcó Zapata.
Desde el 1 de noviembre -explicó Vargas- la Policía con sus unidades especialess capturó 142 blancos de interés: 73 en el Distrito Metropolitano de Guayaquil, 50 en Esmeraldas y 19 en Santo Domingo.
El caso más evidente es el de Esmeraldas. En agosto de 2022 se registraron 41 muertes violentas y en septiembre 45. En diciembre bajaron a 40. Hay una reducción del 26,09%”, indicó Zapata.
“Los datos que se presentan dan cuenta de que a pesar de las amenazas, de los intentos por amedrentar a la Fuerza Pública, de los ataques armados a militares y policías, de la rabia y la frustración de los violentos y de sus aliados, poco a poco ha vuelto la tranquilidad a las zonas más afectadas por la violencia criminal”, subrayó Lara.
Para Lara un punto medular de la lucha contra el crimen organizado es frenar la corrupción entre integrantes de la fuerza pública. “Reitero nuestra decisión de tener tolerancia cero a los corruptos y a los pocos elementos que no tienen un comportamiento profesional apegado a la ley y a la disciplina. Estamos cooperando al cien por ciento con los fiscales y jueces para descubrir y castigar a cualquier delincuente que haya logrado ser parte de la institución a pesar de los fuertes controles internos que tenemos”.
Es la séptima ocasón que el gobierno emplea el estado de excepción para frenar la ola de violencia.