Un informe reveló que el discurso ruso que se propaga en los medios RT y Sputnik sortea la prohibición que la Unión Europea impuso a su difusión de noticias identificadas como parte de la propaganda del gobierno de Vladimir Putin. En la región y en Ecuador ambos medios no tienen limitación alguna.
Redacción Código Vidrio
El embrollo desatado por un proyecto inmobiliario que se prevé construir en una zona protegida en Santa Elena, y que involucra al Ejecutivo y a la Primera Dama, Lavinia Valbonesi, llegó hasta los titulares del medio oficialista del Kremlin Russia Today.
La publicación titulada ‘Denuncian ante la Fiscalía a la primera dama de Ecuador por polémico proyecto inmobiliario’ alcanzó, hasta las 20:00 del pasado 9 de mayo, alrededor de 7.000 visualizaciones en la red social X. Tras dos horas de haber sido publicado, el post ya reflejó 277 ‘likes’, 213 reposteos y 10 comentarios de los cuales nueve provenían de cuentas creadas en Ecuador.
Como ya es habitual en RT, la nota no incluye las últimas declaraciones del presidente Daniel Noboa al respecto, de Valbonesi ni la de ninguno de los mencionados en los hechos relatados. Aún así, ni la nota, ni los 12 comentarios de lectores desplegados al final de ella –cargados de insultos en contra de los funcionarios- poseen filtros. Cualquier lector que acceda desde Ecuador a este portal ruso puede leerla y calificarla.
Eso no es permitido en ninguno de los 27 estados miembros de la Unión Europea, en donde se restringió por completo la transmisión de los medios rusos RT y Sputnik. La decisión se tomó en marzo del 2022 justo en medio del conflicto armado entre Rusia y Ucrania. Sobre todo, tras la avasalladora campaña desinformativa que el Kremlin trató de difundir a nivel mundial para ocultar sus ataques y desmentir lo que sucedía en territorio ucraniano.
Pero un reporte de la ONG española Inform Napalm (International Volunteer Community) reveló que la desinformación si llegó a audiencias en Europa, a través de distintos canales virtuales. En los hallazgos también participaron periodistas de Insigth News, un medio digital especializado en información de Europa del este.
La investigación dio a conocer que pese a los impedimentos, el discurso ruso pro guerra se propagó en 139 portales digitales con posturas ideológicas afines al Kremlin. Según Napalm, la mayor parte de las publicaciones analizadas y relacionadas a la guerra afirmaban que “Rusia inevitablemente ganará y derrotará a Ucrania”. Los discursos incluyen notas donde narran teorías conspirativas desde países de Occidente.
¿Qué pasaría si Ecuador también restringe a los medios rusos?
Michel Levi, coordinador del Centro Andino de Estudios Internacionales en la Universidad Andina Simón Bolívar, cree que de aplicarse limitaciones similares a las que mantiene vigentes la UE a medios como RT o Sputnik, las consecuencias pueden llegar hasta lo diplomático.
Al tratarse de medios oficiales, comenta Levi, las posibles restricciones podrían asimilarse como un intento de “limitar otro tipo de conocimiento”. Eso, de alguna manera, incluso desencadenaría futuros condicionamientos o prohibiciones comerciales. Algo que ya ocurrió en febrero pasado tras la polémica porla compra de armamento que realizó Ecuador.
A criterio del internacionalista, los controles a ese tipo de información por los que optó la UE responden a la complejidad y a la cercanía. “Los medios rusos quieren llegar con mayor efectividad (a esos espacios) para vender su posición política, que está limitada. Rusia busca medios alternos para difundir su versión de los hechos”.
De hecho, el gobierno de Vladimir Putin ya cruzó la línea de la amenaza mediática justamente por la decisión que tomó la UE de vetar a sus canales oficiales. En marzo del 2022, el Kremlin prohibió el acceso de las audiencias al medio alemán Deutsche Welle (DW).
Entonces, el director de DW, Peter Limbourg, mencionó que la medida fue una clara “señal de que el gobierno ruso no está interesado en la libertad de prensa ni en la libertad de opinión”.
La desinformación digital se regó por Europa
En marzo pasado, la investigación de Inform Napalm reportó innumerables conexiones (visualizadas en un mapa) y apariciones de información rusa en portales digitales con distintos nombres, que fueron publicados continuamente en seis países europeos: España, Francia, Alemania, República Checa, Eslovaquia y Austria. El reporte también incluye conexiones de dicha información digital en páginas web de Canadá.
A través de sistemas de motores de búsqueda, la ONG encontró información cargada de propaganda rusa y a favor del conflicto bélico en 139 portales cuyos discursos se enlazaban con otros publicados en varios de esos mismos portales.
De ese total, 57 de esas páginas tienen libre acceso en Francia, 53 tienen su dominio en Alemania, 8 en Suiza, 4 en República Checa, 7 en Canadá, 2 en España, 1 en Portugal, Eslovaquia y Austria; y 5 en distintos espacios de la UE.
De acuerdo con la ONG, la propaganda pro Rusia apareció –y aún es visible- en medios que hasta ofrecen información en distintos idiomas. Algunos de esos portales son El Informador (https://qactus.fr/), Epoch Times (https://www.epochtimes.de/), Rebelión (https://rebelion.org/), Les Crises (https://www.les-crises.fr/), entre otros.
En la lista se mencionan portales web con accesos directos hacia el medio RT, como https://francais.rt.com/ que muestra titulares y noticias del medio RT realizadas enFrancia y en ese mismo idioma.
Captura de pantalla de dos titulares del portal con dominio francés denominado El Informador, del 9 de mayo del 2024. La página web está disponible en 22 idiomas, incluido el ruso.
La intención de posicionar un relato vs. la libertad de expresión
Así como ocurrió con Rusia y la UE en el 2022, en los últimos días también se han realizado otras acciones gubernamentales en contra de medios que tratan de posicionar relatos o que simplemente comunican desde alguna postura política e ideológica.
Esteban Santos, abogado internacionalista y docente universitario, puso ese ejemplo con lo ocurrido el pasado 4 de mayo, cuando Israel dio la orden de cerrar la transmisión de la cadena árabe Al Jazeera, cuya señal en cable y en la web ya fue vetada completamente de ese país.
En estos casos, comenta Santos, es importante hablar de censura pero viéndola más allá de ataques a medios considerados “opositores”, sino de canales que se hacen eco de una propaganda política. Por ello, opina que mientras los medios cruzan “esa línea roja” sí se puede hablar sobre desinformación y relatos que están muy bien orquestados desde distintos medios.
Lo importante, concluye, es saber reconocer cuando un medio trata de “retorcer la verdad y los hechos objetivos”, que resulta más grave cuando se lo hace con fondos públicos.
Santo explica que, en el caso de la UE, se hizo valer un poder de “supranacionalidad”. Es decir, la capacidad institucional de varias naciones de aplicar medidas con cumplimiento inmediato que superan a cualquier ley local. Algo que en Latinoamérica aún no se realiza.