La lucha digital por posicionar tendencias y discursos es despiadada y costosa. Apela a métodos bien planificados, que han convertido a Ecuador en un caso de estudio regional. Los trolls son personajes humanos o digitales, anónimos, que tienen la función -para eso les pagan o programan- de generar tendencias ficticias en redes o atacar al unísono a un blanco determinado. En Quito se identificó la operación de 18 troll centers. Los principales son tres ejércitos virtuales, que batallan sin cuartel. Parte de estas tropas se creó desde el gobierno anterior con recursos de la Senain y la Secretaría de la Administración.
Redacción Código Vidrio
Ecuador es el escenario de una guerra digital de trolls de gran intensidad. Al menos tres ejércitos virtuales batallan sin cuartel por dominar las redes sociales. Difunden todo tipo de mensajes, incluidas noticias falsas, proclamas y propaganda, tratando de persuadir a más y más internautas.
La lucha digital por posicionar tendencias y discursos es despiadada y costosa. Apela a métodos, bien planificados, que han convertido a Ecuador en un caso de estudio regional.
Los trolls son personajes humanos o digitales, anónimos, que tienen la función (para eso les pagan o programan) de generar tendencias ficticias en redes o atacar al unísono a un blanco determinado, según explica Andrés Elías, un ecuatoriano ganador de premios internacionales y creador de Datametrix, una de las empresas de estudios digitales más destacadas en México.
Como la red no tiene fronteras los trolls pueden direccionar sus arremetidas a cualquier usuario, en cualquier sitio del planeta que tenga conexión a internet.
En el país, estas operaciones se incrementaron sustancialmente desde octubre pasado, en el paro indígena, y tuvieron un nuevo pico desde marzo, con la llegada de la crisis por el coronavirus.
Desde inicios de esta década, Twitter se convirtió en una válvula de escape, un espacio para denunciar y criticar al gobierno de Rafael Correa por abusos, persecuciones a opositores y casos de corrupción. “Era una minoría, pero una minoría bulliciosa que ganó espacio en el debate público”, explica Galarza.
En ese régimen los medios y periodistas fueron hostigados de forma sistemática, para lo cual también se creó la Ley de Comunicación que dio origen a organismos encargados de vigilar y castigar a los infractores.
La Ley, sin embargo, no pudo regular las redes. Por eso, Correa y sus subalternos se fijaron como meta posicionarse y controlar indirectamente este entorno digital. Con este fin, su administración empleó toda la maquinaria estatal y recursos públicos, con el soporte de los aparatos de Inteligencia, que contrataron firmas internacionales especializadas en guerra sucia digital y perfilamiento de críticos al gobierno. La Secretaría Nacional de la Administración, con Vinicio Alvarado a la cabeza, entró de lleno en esas maniobras, que han sido negadas por Correa y sus excolaboradores.
Dos expertos en troleo contratados por la Senain
Precisamente, Gastón Douek y Carlos Ibáñez tienen dos características en común. Son reconocidos por manejar ejércitos de trolls y trabajaron para el gobierno de Rafael Correa.
Su forma de operar quedó al descubierto este año. En Argentina, Douek es llamado el “señor de los trolls”, luego de que aceptara contar sus vivencias al periódico La Nación. Reveló que durante casi una década ha manipulado combates digitales para difundir fake news y posicionar ideas específicas entre los usuarios digitales en varios países.
Lo mismo sucedió con Ibáñez, quien está envuelto en un escándalo por su trabajo digital para el FC Barcelona. Su nombre trascendió porque usó sus tropas digitales para posicionar opiniones a favor de los directivos y jugadores del club.
Ambos tuvieron una estrecha relación con la Secretaría Nacional de Inteligencia (Senain), hoy Centro de Inteligencia Estratégica (CIES). Sus empresas Emerging MC, Illuminati Lab y Eye Watch, se encargaron del seguimiento y acoso digital a ciudadanos, políticos y periodistas críticos al anterior gobierno. Además, ajustaron las piezas principales y la hoja de ruta de uno de los centros de troleo del correÍsmo, que hoy operan a tiempo completo.
Douek e Ibáñez fundaron Emerging MC en México. En 2014, la Senain la contrató para proteger el perfil digital de Correa y su familia. No obstante, Galo Lara, quien fuera político de oposición a ese gobierno, denunció que esa compañía fue contratada por el correísmo para perseguirlo y difamarlo en redes.
Lara fue acusado y sentenciado por su supuesta participación en un triple asesinato en la provincia de Los Ríos. Estuvo cuatro años detenido y siempre aseguró que todo era vendetta política del antiguo régimen.
Sus palabras cobran fuerza con dos hechos. El primero, la más reciente decisión de la Corte Nacional de Justicia que hace pocos días declaró inocente a uno de los involucrados en ese caso. Y, el segundo, la desclasificación de documentos reservados de la Secretaría de Inteligencia a los que accedimos y confirman la operación de desprestigio en su contra, lanzada en Ecuador y en Panamá.
En 2013, Lara se refugió en la nación centroamericana para evadir la sentencia en su contra. Entonces, según contó a este portal, la Senain montó el “Operativo Goliat” para traerlo de vuelta al país.
Por esta operación se desembolsaron 7.1 millones de dólares, provenientes de fondos especiales de Inteligencia, según informes de la Senain.
Esta operación fue investigada por la Contraloría que detectó varias irregularidades. Según la auditoría, se pagaron $6,7 millones a Emerging MC para la elaboración de un video sobre maltrato a las mujeres y su difusión durante siete días.
Los auditores aseguraron que el material fue dirigido a la población panameña y que no tuvo ningún beneficio para el país. El entonces secretario de Inteligencia, Rommy Vallejo, explicó que esa operación fue un trabajo en conjunto con el Ministerio del Interior, dirigido por José Serrano (hoy asambleísta), y con las autoridades panameñas, para localizar, capturar y extraditar a Lara.
La tarea de Illuminati Lab no se limitó al acoso a Lara. Douek con su empresa se encargó de afinar la estrategia digital de Correa y su gobierno.
Esa empresa recomendó que las secretarías de Inteligencia y de Comunicación trabajaran en conjunto para copar las redes y aplastar a los críticos del gobierno. Desde estas instituciones se planificaron todas las intervenciones, con el apoyo de medios oficialistas para direccionar la información; apalancarse en personajes influyentes para convencer a los internautas de las consignas del oficilismo y emplear trolls y bots (robots) para sofocar las críticas.
Ese libreto sigue aplicándose con pocas variantes. El correismo aún lo emplea: tuvo su clímax con la difusión de todo tipo de mensajes y fake news en los momentos más críticos de la pandemia del Covid-19. La Secretaría de Comunicación ha registrado 349 noticias falsas difundidas masivamente en cuentas y medios de ese movimiento, desde el anunció del primer contagiado, el 29 de febrero.
Estos mensajes, según el Gobierno, se difundieron desde cuentas que trabajan en coordinación con simpatizantes del anterior gobierno. Y con ataques desde México, Venezuela y otras naciones.
Este portal pidió una entrevista a Douek, pero no respondió.
Illuminati Lab no solo cumplió una tarea de asesoría en estrategia de redes. El gobierno la escogió, en 2014, para que sea su representante en las negociaciones con Hacking Team, una empresa italiana que ofrecía un sistema indetectable para poder robar la información digital de cualquier persona.
Ese trabajo lo aprobó el secretario de Inteligencia de la época, Pablo Romero, quien enfrenta dos juicios penales por el secuestro de Fernando Balda (2013) y por los gastos supuestamente ilegales para el pago de informantes. Está detenido en una cárcel de Quito, tras ser extraditado desde España, en febrero pasado.
El 27 de febrero del 2013, Romero entregó ese poder para que Illuminati Lab sea la “representante e interlocutora para la demostración, evaluación y contratación de Hacking Team”. La representación terminó con la contratación de la firma italiana, lo cual fue revelado por WikiLeaks el 2015.
Stalin Oviedo, abogado de Romero, aseguró que no conoce sobre la contratación de Illuminati Lab, y sostuvo que su responsabilidad está delimitada en la defensa por el presunto secuestro de Balda y en el caso que investiga el pago de informantes, conocido como “Caminito”.
El ojo que todo lo miraba
Carlos Ibáñez es un uruguayo especialista en Big Data y Markenting Digital, aunque también ha apostado por las guerras de guerrillas en las redes. En sus referencias personales está la empresa Eye Watch, otra contratista de la Senain y que junto a Illuminati Lab se encargaban de enfilar ataques digitales.
De su ojo y disparos de trinos pocos se salvaban. En la lista de reportes que revisó este portal están jóvenes, estudiantes, periodistas, políticos de Ecuador y del exterior.
El 23 de marzo del 2013 entregó un informe de los principales usuarios digitales que intervinieron en el hashtag: “Un tiro en la frente para”. Allí detectó que ocasionaron más de 18.000 interacciones, con un alcance de 200.000 usuarios.
Perfilamiento de Tommy Arteaga, contratado por la Senain a Eye Watch
“La cantidad de menciones relacionadas directamente al SP (señor presidente) sobre la conversación es muy baja comparando con la cantidad de volumen que alcanzó (sic) la conversación en general sobre el hashtag, ya que los usuarios tienen un alcance bajo, versus el volumen de la conversación; el impacto de los hits no es relevante”.
Entre los usuarios espiados estuvo Tommy Ortega, un joven que usó ese hashtag, el 2013. La Senain conoció que tenía una ideología de derecha; vivía en Guayaquil, trabajaba en ServiJunior S.A. y estudió en la Universidad Católica de Guayaquil y accedió a su número de celular.
Además, ubicó todas las personas con quienes interactuaba y sus preferencias políticas. Adicionalmente extrajó sus fotos de eventos sociales en Facebook, con los licores que consumía.
¿Cuántos usuarios digitales entraron en archivo de la Senain? Según el ex jefe de Inteligencia del Ejército, Mario Pazmiño, seguramente están todos los que escribieron y publicaron mensajes contra Correa. Todo el servicio secreto estaba a disposición del caudillo y su partido.
“Hay un sinnúmero de personas que estamos. Se levantaron perfiles personales, actividades, negocios, viajes. Todo para ser usado en nuestra contra”.
Los informes de seguimientos y perfilamiento fueron variados. Uno de ellos fue del periodista Carlos Vera, atacado sistemáticamente por ese gobierno.
Él fue calificado como un influencer junto a su hijo Carlos Andrés @Polificcion, quien produjo el documental “Rafael Correa, retrato de un padre de la Patria”.
Precisamente, otro de los trabajos de Eye Watch fue boicotear ese documental, que denuncia el supuesto financiamiento ilegal de la campaña presidencial de Correa. En su reporte la empresa informó que habían desactivado 85 cuentas que difundieron ese video, entre el 8 y 23 de marzo del 2013. También eliminaron otras relacionadas con Ann Malherbe, esposa de Correa; y el canal de Youtube del fallecido narcotraficante Óscar Caranqui.
Operación Valkiria en la reelección de Correa
La activista Martha Roldós fue la primera en denunciar cómo el gobierno de Correa hizo naufragar el sitio web Bananaleaks, creado para denunciar casos de corrupción y evitar su reelección.
Sin embargo, hoy se conoce que sus principales responsables fueron Duek e Ibáñez. En su informe para justificar los ataques contra esa página, Eye Watch indicó que existía un presunto complot internacional para afectar al ex presidente. En su reporte hicieron un cuadro de relaciones, sin justificarlas, entre Emilio Palacio, ex articulista de El Universo; los dueños de ese periódico guayaquileño; los ex banqueros Roberto y William Isaías; su abogado Xavier Castro; periodistas colombianos y agentes del FBI.
Para desarticularlos montaron una operación conjunta entre Analytics Team (Ecuador, aunque no hay reportes de ella en la Superintendencia de Compañías); Scanner Team (México); Social Interaction Team (Argentina) y Metaexploit & Hacking Team (Rusia).
El 28 de enero del 2013, las cuatro “unidades”, como se hicieron llamar, tumbaron el sitio. Un día después su cuenta de Twitter fue suspendida.
La reacción de los creadores de la página fue inmediata. Según Eye Wacth abrieron otro dominio en Colombia, con más seguridad y protección digital. Entonces, sus atacantes optaron por confundir a las personas que buscaban su información.
“Las cuatro unidades tácticas nuevamente entran en operación determinando que el nuevo sitio tiene medidas de seguridad más importantes, por lo cual se crea una estrategia con el objetivo de minimizar el impacto y confundir a los usuarios. Se ha creado una página idéntica a bananaleaks.com, pero con el dominio bananaleaks.com.co, para confundir a los usuarios. Además se creó la cuenta de Twitter falsa para difundir la información del nuevo portal”.
Con estas cuentas espejo no solo aplacaban la difusión de contenido sino que ubicaban a quienes la visitaban. Al final calificaron su acción como exitosa. Sus cuentas simuladas tenían más seguidores que las originales, pero la información que recibían era falsa.
Para Pazmiño, la ex Secretaria de Inteligencia debe revelar este y otros gastos que hizo durante el correísmo. También informar el destino de la información que recopiló, ya que muchos registros fueron destruidos con la salida de Vallejo.
18 troll centers en Quito
La ruptura de Correa con el presidente Lenin Moreno también dividió las aguas en las redes sociales, a fines del 2017. El aparataje orgánico que había creado el ex presidente se fracturó: unos se fueron con Moreno y el segundo ejército con el correísmo. La fractura originó un tercer batallón, que eran los antiguos opositores a Correa y que ahora se suma a cualquiera de los dos bandos, según sus conveniencias políticas.
Al ser consultado en México, Elías aseguró a este portal que la conversación política de Twitter en Ecuador no es orgánica (creada por personas que se coinciden en su criterio). La mayoría de hashtags son creados y viralizados por granjas militantes, trolls o bots. Un fenómeno que se repite en la región solamente en Venezuela. “En Venezuela me encontré con laboratorios digitales (así llaman a los troll center) de 500 personas”.
En Ecuador no hay datos que evidencien esa magnitud. Pero Albertina Navas, docente de la Universidad de las Américas de Quito, dirigió un trabajo con sus alumnos para medir el alcance de estas operaciones.
En Quito identificaron 18 ‘troll centers’. Ella explicó que las agencias que ofrecen servicios de desinformación tienen personal para labores específicas. “Son estructuras que a veces tienen no menos de 60 personas, cada una con su propia especialidad”
Primero están los investigadores. “Pero no es una investigación académica, sino de ‘sacar los cueros al sol’. Investigar la única vez que te atrasaste en el arriendo o cuándo no pagaste una pensión alimenticia”, comentó.
Además, hay expertos en pautaje, diseño gráfico y edición de videos. Después están los programadores, que desarrollan ‘bots’, para que estos pequeños programas inmediatamente reaccionen a determinadas cuentas.
Otra pieza del engranaje son los ejércitos de ‘community managers’, que crean cuentas falsas para publicar a favor o en contra y posicionar ‘trending topics’.
Las granjas militantes
Una consecuencia de la fractura en el aparataje del correísmo -explicó Andrés Elías- es la aparición de grupos particulares para influir en redes. “Antes todo era integral. Todos defendían o atacaban al unísono. En cambio ahora hay granjas de Lenin Moreno; del vicepresidente Otto Sonnenholzner y de cada ministro”.
Los simpatizantes del ex mandatario son sus militantes más apasionados, que mantienen una estructura que empieza con sus grupos barriales y se convocan por Whatssap o Telegram para difundir sus mensajes.
El 15 de junio pasado, el grupo de Telegram de Compromiso EC pidió a sus seguidores que empezarán el “tuitazo” a las 11:30, usando el hashtag #LaConsultaMañosa. El mensaje central era que la denuncia sobre el financiamiento irregular de la consulta del 2018 fue presentada por el legislador correísta Ronny Aleaga y no por el portal La Posta. Además coordinaron ataques a la fiscal Diana Salazar, por su presunta relación con el presidente Moreno.
Miles de cuentas, trolls y bots
La granja cumplió con el objetivo a la hora fijada y convirtió a ese hashtag en el más replicado en tuiter. Para Elías no todo es apoyo de personas reales. Recordó que mientras se estructuró la estrategia digital del anterior gobierno se crearon miles de cuentas troll y bots. Algunos troll para defender o atacar y otros para dar seguimiento. Además, de los robots encargados de replicar y poner likes.
En cambio, el actual Gobierno se respalda en sus funcionarios y cuentas institucionales. Eso se evidenció con un mensaje que subió Helen B. a su cuenta de Twitter el pasado 27 de mayo. Ella cometió un error en redes: difundió el mensaje institucional interno de convocatoria.
“Por favor se solicita su activación en REDES SOCIALES (sic) con lo siguiente: todos RT con comentario a la publicación de la Ministra usando los hasta #Revalorizacióndocente; #Quierosermaestro6 y citando la cuenta de la ministra monserratcream1”.
En esta línea, una de las aspiraciones del exconsejero presidencial Santiago Cuesta era contar con un ejército de funcionarios públicos que repliquen y den likes a los mensajes de gestión del Gobierno. Aunque no consiguió el apoyo desde las cuentas personales, sí logró que se usaran cuentas institucionales.
Cuando la Secretaría General de Comunicación de la Presidencia (Segcom) envía una alerta de activación todas las cuentas institucionales deben obedecerla. Por eso, Alfredo Velazco, de Usuarios Digitales, dice que no es difícil para el Gobierno ser tendencia en redes, aunque su duración es corta. Esto se debe a que las tendencias se consolidan en horario de oficina.
La Vicepresidencia y la Secretaría de Comunicación aseguraron a este portal que no trabajaban ni han contratado trolls o empresas con este fin.
Héctor Galarza, consultor y experto en marketing, detectó comportamientos anómalos en las cuentas que apoyan a las autoridades del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Sus primeros registros se remontan a la administración de Richard Espinosa, desde el pasado régimen. Siguieron con Paúl Granda y con Jorge Wated, dijo Galarza.
“No puedo asegurar que sea una empresa o sus propios funcionarios; pero cumplen con una tarea que traspasa a las autoridades”.
El departamento de Comunicación del IESS aseguró a este portal que no contrató ni tiene un troll center y explicó que el respaldo en redes es de los ciudadanos.
En esta misma línea están los seguidores del Consejo Nacional Electoral (CNE), que en las últimas semanas han defendido la gestión de su presidenta Diana Atamaint.
Ella no es muy activa en redes, sus publicaciones se concentran en sus entrevistas con medios de comunicación y la difusión de las sesiones del organismo electoral. Pero sus seguidores crearon una cuenta de apoyo y el hashtag #DianaesDemocracia, fue tendencia.
El CNE explicó que su labor se concentra en el manejo de las cuentas institucionales y que no ha contratado a personas o empresas que hagan esta defensa digital.