China no coopera con Ecuador para investigar corrupción del exembajador Runguo  

La cooperación con la justicia ecuatoriana es nula por parte del exembajador chino Cai Runguo y de su gobierno. Él está procesado y jugó un doble papel para sacar adelante la construcción de la hidroeléctrica Coca Codo, salpicada por un entramado de corrupción que aún está por desenredarse. Tuvo una estrecha cercanía con los expresidentes Rafael Correa y Lenin Moreno. Estudiosos de las prácticas sinuosas de China explican el concepto de la “corrupción geoestratégica”, relacionado con esa nación. En Quito, la Embajada prefiere el silencio. La Fiscalía ha solicitado diez cooperaciones penales a la potencia asiática. Ninguna ha tenido respuesta.

Redacción Código Vidrio

Del exembajador chino Cai Runguo casi no hay rastro. Desde 2016 desapareció de la escena nacional quien durante el correísmo fuera un constante visitante y comensal del Palacio de Carondelet. A partir de ese año se ha refugiado en su país, que no ha respondido niguno de los pedidos de cooperación penal para investigarlo.

Tras dejar sus tareas diplomáticas Runguo también ocupó altos cargos ejecutivos en la empresa china Sinohydro Corporation, responsable de la construcción de la cuestionada hidroeléctrica Coca Codo Sinclair.

El sagaz embajador chino llegó a ser amigo de los expresidentes Rafael Correa y Lenín Moreno, pero frío y lejano con la justicia ecuatoriana. Él ha preferido mantener más que una prudente distancia sobre los dos procesos penales en los que está involucrado. Por un lado en el ya célebre caso Sobornos -por el que fue sentenciado Correa- y, por otro lado, en la red de corrupción que habría operado entre 2009 y 2018 alrededor de la construcción del Coca Codo Sinclair por parte de Sinohydro, y en el que está involucrado Moreno, su otro gran amigo.

En la Corte Nacional de Justicia recuerdan que el risueño y cálido Runguo prácticamente no colaboró con la justicia en el caso Sobornos, al punto que ni rindió versión. Todo lo dejó en manos de un abogado privado.Y fue sobreseído.

En el caso Sinohydro todo apunta a que su comportamiento distante y evasivo seguirá. Jamás cumplió la medida cautelar solicitada por Fiscalía en 2023, para que se presente periódicamente ante la Corte. La única certeza que se tiene sobre su paradero es que está en algún punto geográfico de la República Popular China.

Si bien sobre él no pesa una orden de prisión preventiva, el caso Sinohydro sigue su curso y aún está por definirse por la justicia el grado de participación que este hábil diplomático y astuto representante empresarial, quien ejerció ambos cargos cuando se habría configurado el esquema de sobornos por más de USD 76 millones para construir Coca Codo Sinclair.

El 2010 Cai Runguo fue condecorado con la orden Honorato Vásquez por el entonces presidente Rafael Correa. Foto de archivo

De hecho, fue representante del Régimen de Beijing entre febrero de 2007 y enero de 2011. Y reapareció en el escenario de inmediato, al convertirse en asesor de Sinohydro primero y en 2013 después, al ser nombrado como el representante legal de la constructora china. Ambas designaciones de Runguo no hubiesen sido posibles sin el visto bueno del gobierno comunista chino, que tiene la última palabra sobre qué hacen o no todas las compañías que operan en el gigante asiático.

Según información de Fiscalía, China poco o nada ha colaborado en las investigaciones que se adelantan sobre las coimas y sobornos que giran en torno a la hidroeléctrica, que hasta julio de 2022 presentó 17 499 fisuras, según el informe del entonces presidente de la Comisión de Fiscalización de la Asamblea, el asesinado Fernando Villavivencio.

El gigante asiático tampoco parece tener mayor interés en colaborar en este proceso para aclarar la participación que tuvo en este caso de presunta corrupción Runguo, quien jugó un doble papel: embajador plenipotenciario y luego representante de una sus empresas más importantes.

Hasta 2023 ninguna de la decena de solicitudes de asistencia penal requerida por la Justicia ecuatoriana fue atendida. La Embajada de China en Quito tampoco está interesada en transparentar sus acciones en este caso. No respondió a nuestro requerimiento para mantener una entrevista con alguno de sus voceros y así abordar el papel que cumplen los embajadores de ese país en Ecuador.

Corrupción geoestratégica

Para Eduardo Gamarra, profesor del Departamento de Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Internacional de la Florida, no debe sorprender a nadie que el Régimen chino no tenga deseo de colaborar en este tipo de casos, que se inscribe en lo que él denomina “corrupción geoestratégica”. “La estrategia de China es lograr contratos en áreas estratégicas, especialmente en países de América Latina. El cómo (hacerlo) involucra diferentes lógicas, sin restricciones legales. Su lógica va desde pagar sobornos hasta inclusive contratar personal vinculado al gobierno en las empresas chinas”.

La relación personal que Runguo labró con Lenín Moreno fue crucial para impulsar la construcción de Coca Codo Sinclair. Foto de archivo

Como ejemplo de estas prácticas en la región cita un pintoresco caso registrado en Bolivia. Allí se fundió en una sola historia un romance del pasado de Evo Morales y una trama de tráfico de influencias en la que estuvo inmersa una empresa china. La protagonista: Gabriela Zapata, novia de Evo hasta 2007 y quien fuera gerente comercial de la empresa China CAMC Engineering Co., que mantuvo millonario contratos con el Estado boliviano. Ella fue sentenciada.

¿Qué papel cumplen los embajadores chinos en esta estrategia? Gamarra sostiene que los diplomáticos chinos se convierten en facilitadores para alcanzar los objetivos geopolíticos trazados. “Son representantes del Gobierno de la China (para) conseguir contratos para empresas chinas. En la China la empresa privada está ligada siempre al Estado. No se puede distinguir una empresa privada del Gobierno”.

En el caso Sinohydro, los 11 elementos de convicción presentados por la Fiscalía ilustran la doble función que ejerció Rungao en Ecuador. Primero como embajador, cuando puso a tope todo su talento diplomático para conseguir que el proyecto Coca Codo Sinclair sea una realidad, cuando parecía destinado al archivo. Una de las pruebas periciales deja en evidencia que sus buenos oficios fueron determinantes para destrabar el financiamiento para la construcción del proyecto hidroeléctrico proveniente del Eximbank, también chino. A Correa le parecían impresentables las garantías exigidas y la forma en que debía dirimirse una eventual controversia.

Para impulsar nuevamente al proyecto, la relación personal que Runguo labró con Lenín Moreno fue crucial. Al punto que el propio Moreno habría conversado con Correa, explicándole que solo eran malos entendidos y que el Gobierno chino estaba dispuesto en acoplar al marco constitucional ecuatoriano los términos del crédito.

Los elementos de convicción también abarcan la faceta empresarial de Runguo al frente de Sinohydro Corporation, que está bajo la lupa de la Justicia ecuatoriana. En las delicadas funciones que entonces cumplía llegó a sus manos un cheque de una de las empresas con las que aparentemente funcionaba el sistema de sobornos y coimas de este caso. En total la investigación fiscal estima que recibió unos USD 40.000.

En 2016, el presidente de China, Xi Jinping, y Rafael Correa inauguraron la central Coca Codo Sinclair. Ocho años después la obra aún no es recibida oficialmente por el Estado por la serie de fallas y problemas en su estructura. Un juicios está en marcha. Foto de archivo

Otro dato que se conoció en la investigación del caso Sobornos fue la supuesta entrega de Runguo a Alianza país de 500 mil dólares -en enero de 2014- cuando era representante de Sinohydro: 400 mil en efectivo y 100 mil  con el cruce de facturas.

A la luz de los hechos, la línea que separa el papel de embajador del de empresario luce casi imperceptible en el caso de Cai Runguo y guarda similitud donde la economía y el Estado se funden bajo los lineamientos del Partido Comunista. “En China no hay separación entre el Estado y las empresas. Por eso, cuando un embajador de ese país gestiona lo hace a nombre de un Estado que comanda a la sociedad y la economía”, explica un embajador ecuatoriano de carrera.

Del amigable Cai tampoco hay noticias desde China. No se conoce a qué se dedica o si está bajo alguna investigación disciplinaria, en el marco de la campaña anticorrupción que, desde 2012, lleva adelante el presidente chino Xi Jinping.