El periodista y escritor estadounidense Jon Lee Anderson, famoso por escribir soberbios perfiles de distintos personajes (el último fue el presidente Daniel Noboa), revela que en 2012 tuvo una larga reunión con Julian Assange, en las afueras de Londres. La cita fue meses antes de que se refugiara en la embajada de Ecuador. Estas son sus impresiones sobre el hacker y activista que enfrenta un proceso de extradición a Estados Unidos. Nota actualizada este 30 de junio de 2024.
Por Arturo Torres
Meses antes de refugiarse en la embajada de Ecuador en Londres, Julian Assange tuvo un larga reunión con el periodista estadounidense Jon Lee Anderson.
La cita fue a inicios del 2012 en una casa de un amigo de Anderson, en las afueras de Londres, donde Assange cumplía su arresto domicilario, mientras enfrentaba un juicio de extradición a Suecia.
Anderson contó en una entrevista que le hicimos en 2021 que la charla fue larga. Conversaron varias horas, hasta la madrugada, al calor de unos vinos. El estadounidense descubrió en Assange un personaje carismático, hipnótico para sus seguidores, cautivados por su enigmática personalidad. “Era una especie de gurú, con sus discípulos, pero no se veía como un activista humanitario preocupado por las vidas de los civiles que murieron en ataques de militares estadounidenses en Afganistán”.
A lo largo de su intensa carrera, Anderson ha pintado perfiles memorables de grandes personajes históricos. Entre los más destacados están el del ´Che Guevara´, Pinochet, Hugo Chávez, y los últimos años de Fidel Castro, sobre quien actualmente escribe un libro.
Hace dos semanas, Anderson provocó un terremoto político en Ecuador, tras la publicación de una crónica sobre el presidente Daniel Noboa.
Para el reportero de la revista The New Yorker, Assange no es un periodista sino un filtrador de documentos secretos hackeados, que ha tenido una motivación política clara, direccionada, para afectar los intereses de Estados Unidos.
“Es un anarquista utópico. Con los años (mientras estuvo en la embajada de Ecuador) se puede haber vuelto un agente del Kremlin”, apunta Anderson, quien vive en el sur de Inglaterra.
“Desde el 2016, cuando con Wikileaks difundió los correos de los demócratas, para perjudicar la candiodatura de Hilarie Clinton su papel político para beneficiar a Rusia es evidente, no tengo dudas. “Es un personaje con un ego muy grande, que tiene un poder casi psicológico sobre la gente que lo sigue y él lo sabe”.